Ayer,
nuestro país, sufría uno de los más duros ataques a su libertad y a su democracia hemos vivido en los últimos
años.
La
aprobación, por parte del “rodillo popular” en el Congreso, de la
Ley Mordaza y del nuevo Código Penal
significa, junto a la modificación que del artículo 135 de la Constitución
efectuaron PP y PSOE, una auténtica “bomba de relojería” a la libertad y el
pluralismo en nuestro país.
Rajoy
y los suyos nos han devuelto a aquella “democracia orgánica” que la dictadura
franquista nos impuso durante años.
Con
la Ley Mordaza ,
el Gobierno se blinda ante las críticas sociales, sindicales o políticas que se
efectúan en la calle y deja en manos del “conservador ultracatólico que dirige
el Ministerio del Interior” una herramienta represiva tan importante como esta
Ley.
Como
a Rajoy parece darle miedo la respuesta de la sociedad, el Presidente no ha
dudado en faltar –una vez más- a los compromisos y sigue manteniendo en el Código
Penal el artículo 315 que deja la puerta abierta a la “criminalización de la
actividad sindical”, ante hechos triviales o sin repercusión objetiva en la
seguridad de las personas o bienes. Una herramienta más para continuar
presionando las respuestas del movimiento sindical y el legítimo derecho a la huelga
en nuestro país.
Rajoy,
no ha escuchado las recomendaciones de distintos organismos internacionales
como la OIT , la CSI... y continuará usando
a la Fiscalía
para pedir penas de cárcel para cientos de sindicalistas encausados.
El
miedo, Sr. Presidente, es mal consejero. El desprecio a la opinión popular
también -si no que le pregunten a Moreno Bonilla- y usted, con una actitud
cobarde ante la sociedad, sólo ha conseguido poner el sello de “derogables” en
dos nuevas leyes a partir del próximo mes de noviembre.