¡¡Me
equivoqué!! Junto a esta afirmación, Rajoy añadió dos cosas: “claro que se
cobraban complementos y suplidos, como en todos lados” y, también, un increíble
“yo no tengo constancia de financiación irregular del partido, no me consta”. El
resto del tiempo fue, simple y llanamente, un nuevo insulto a la inteligencia
de los ciudadanos y ciudadanas del país.
No
sólo no contestó Rajoy a las decenas de preguntas planteadas por los portavoces
parlamentarios sino que, además, de nuevo mintió. No sólo lo hizo con sus
respuestas, por cierto, incompletas, ¿eran ministros los que cobraban
complementos y suplidos?, sino también con esa falta de conocimiento que fingió
con pretendida cara de inocente. Su “no me consta” es inasumible para una
sociedad que, como la nuestra, conoce el alma y el carácter del PP.
Desde
sus orígenes con Fraga, pasando luego por Aznar y ahora con Rajoy ¿alguien
piensa que en el PP se mueve un papel sin conocimiento o permiso del presidente
del partido? ¿Alguien piensa que en el PSOE algo se movía sin la autorización,
el conocimiento o el permiso de González o luego de Zapatero?
Rajoy
ni habló ni explicó nada sobre el caso Gürtel/Bárcenas. Se limitó con una nueva
mentira –yo no usaré el “y tú más”- a practicar con Rubalcaba, como si este
fuese un saco de boxeo, un juego desesperado e inútil para demostrar que el
PSOE también tiene muertos en el armario. Pero fue incapaz de ir a más. No
explicó las visitas de los empresarios a la sede de Génova ni las coincidencias
de éstas con las posteriores adjudicaciones de infraestructuras y servicios.
No
quiso contestar el porqué de sus “sms” y volvió a tratar de venderle a la
ciudadanía que “ya vamos mejor” aunque olvidó, eso sí, explicar a quién le va
mejor. No será a los desempleados y desempleadas a los que se les ha recortado
el tiempo y la cuantía de la prestación. Tampoco a aquellas personas que han
visto recortados sus derechos, ya sea por copago sanitario, por reducción de
beca, por suspensión de la ayuda de dependencia, la congelación de su pensión,
o la pérdida de sus derechos laborales -cuando no de su empleo- por la Reforma Laboral , los recortes
de sanidad o educación.
Por
eso, un “me equivoqué” no basta. No es suficiente para tapar su cinismo ni la
cara dura que hay que tener para obligar -que no pedir- a la ciudadanía a tener
que afrontar los resultados de su política ”popular” mientras que a Rajoy
simplemente “no le consta”.