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viernes, 2 de agosto de 2013

Rajoy: como era previsible, la montaña parió un ratón.


¡¡Me equivoqué!! Junto a esta afirmación, Rajoy añadió dos cosas: “claro que se cobraban complementos y suplidos, como en todos lados” y, también, un increíble “yo no tengo constancia de financiación irregular del partido, no me consta”. El resto del tiempo fue, simple y llanamente, un nuevo insulto a la inteligencia de los ciudadanos y ciudadanas del país.

No sólo no contestó Rajoy a las decenas de preguntas planteadas por los portavoces parlamentarios sino que, además, de nuevo mintió. No sólo lo hizo con sus respuestas, por cierto, incompletas, ¿eran ministros los que cobraban complementos y suplidos?, sino también con esa falta de conocimiento que fingió con pretendida cara de inocente. Su “no me consta” es inasumible para una sociedad que, como la nuestra, conoce el alma y el carácter del PP.

Desde sus orígenes con Fraga, pasando luego por Aznar y ahora con Rajoy ¿alguien piensa que en el PP se mueve un papel sin conocimiento o permiso del presidente del partido? ¿Alguien piensa que en el PSOE algo se movía sin la autorización, el conocimiento o el permiso de González o luego de Zapatero? 

Rajoy ni habló ni explicó nada sobre el caso Gürtel/Bárcenas. Se limitó con una nueva mentira –yo no usaré el “y tú más”- a practicar con Rubalcaba, como si este fuese un saco de boxeo, un juego desesperado e inútil para demostrar que el PSOE también tiene muertos en el armario. Pero fue incapaz de ir a más. No explicó las visitas de los empresarios a la sede de Génova ni las coincidencias de éstas con las posteriores adjudicaciones de infraestructuras y servicios.

No quiso contestar el porqué de sus “sms” y volvió a tratar de venderle a la ciudadanía que “ya vamos mejor” aunque olvidó, eso sí, explicar a quién le va mejor. No será a los desempleados y desempleadas a los que se les ha recortado el tiempo y la cuantía de la prestación. Tampoco a aquellas personas que han visto recortados sus derechos, ya sea por copago sanitario, por reducción de beca, por suspensión de la ayuda de dependencia, la congelación de su pensión, o la pérdida de sus derechos laborales -cuando no de su empleo- por la Reforma Laboral, los recortes de sanidad o educación.


Por eso, un “me equivoqué” no basta. No es suficiente para tapar su cinismo ni la cara dura que hay que tener para obligar -que no pedir- a la ciudadanía a tener que afrontar los resultados de su política ”popular” mientras que a Rajoy simplemente “no le consta”.