El
presidente Rajoy comparecerá mañana ante el Congreso y aún no sabemos si optará
por parecerse al escritor Francisco Umbral “yo vengo aquí a hablar de mi libro
y usted me pregunta por otras cosas” o si, por el contrario, lo hará pareciendo
el Presidente del Gobierno de un país
democrático que se somete al “control” del Parlamento.
Si
esta fuera -que debiera serlo- la opción tomada por Rajoy, podríamos al fin tener una idea clara sobre la
financiación ilegal de su partido, basada en las “donaciones” de grandes empresarios y multinacionales que,
más que donaciones, parecen “anticipos de caja” a raíz de los sustanciosos
beneficios obtenidos por este selecto grupo de “emprendedores” que aún hoy siguen
pasando desapercibidos ante la “ola mediática” de los casos Bárcenas, Gurtel,
Matas y otros similares.
Podríamos
saber al fin cuánto nos ha costado, a los ciudadanos y ciudadanas de este país,
las concesiones de servicios, los reformados de los proyectos, el mantenimiento
de la infraestructuras o los problemas técnicos derivados de no ser la mejor
oferta, …, etc. Dinero que ha salido del
erario público y que ha sido entregado a estos empresarios para agradecer sus
“desinteresadas” donaciones.
Con
suerte -si la verdad no continuara de vacaciones- podríamos saber qué destino
político aguardará a aquellos que, siendo ministros del gobierno, se pasaron
“por el forro de sus caprichos” la ley y recibieron cantidades económicas que
no tenían derecho alguno a percibir.
Es
más, si fuera posible que no esté de vacaciones, podríamos asistir a un
verdadero acto de defensa de nuestros servicios públicos. Podríamos dejar de
hablar, eufemísticamente, de “profesionales” para hablar de trabajadores y
trabajadoras públicos o, lisa y llanamente, de empleados públicos que son esas
personas que según la CEOE
(Rosell, Fernández, Roig y otros) o la
Banca (Botín, Francisco Fernández…) sobran en este país.
Por
último, por si al final tenemos suerte, la verdad debería resplandecer y el
Presidente podría contarnos cómo llega a un “Pacto por la Sanidad Pública ”
sin contar con las Comunidades Autónomas -que son quienes transferidas las
competencias de dichas políticas- ni con los sindicatos, que son quienes
representan a los trabajadores y trabajadoras del sector como ha demostrado, en
este caso, la permanente actividad de la “marea blanca” en la defensa (pero
esta de verdad) de la sanidad pública.
Esperemos,
que por el bien de todos y todas, la verdad ya haya vuelto de las vacaciones.
Si no es así, preparemos el trabajo a realizar hasta que los embusteros y los
que piensan que somos tontos, tengan que irse, forzosamente, de
vacaciones.