La
presentación de los datos de la
EPA del segundo trimestre de 2013, demuestra que no se genera
empleo al mismo ritmo que éste se destruye y que, mientras cae –cada vez más-
el empleo indefinido en los sectores más estables (industria) crece el empleo
temporal y precario, especialmente en el sector de los servicios.
Lo
que nadie ha valorado con los datos de esta EPA por delante, es la nueva fuente
de negocios que, gracias a la Reforma
Laboral del PP, se abre con la gestión del desempleo para las
“agencias privadas de colocación con ánimo de lucro”.
El
Gobierno, con su política austericida, ha reducido en más de un 30% la
asignación presupuestaria para Políticas Activas de Empleo. Esto ha conseguido
“poner en la calle” a varios miles –cientos de ellos en Andalucía- de
orientadores laborales, entre otros colectivos, que desde los Servicios
Públicos de Empleo, atendían las necesidades de los desempleados y
desempleadas. Pero, mientras tanto, se van a destinar más de 66 millones de
euros a “la colaboración del sector privado en la gestión del desempleo”. Por
el camino, el Gobierno central con sus recortes en las Administraciones
Públicas impone el deterioro de los Servicios Públicos de Empleo en el conjunto
del Estado.
Así
queda contemplado en el último borrador, enviado por el Ministerio de Empleo a
las Comunidades Autónomas, para resolver “el Acuerdo Marco” entre el Ministerio
de Empleo y las Agencias Privadas de Colocación. Así, las Agencias Privadas recibirán
incentivos económicos por “tratar” de colocar a los desempleados, aumentando la
cuantía de dichos incentivos si, “al final, la colocación tiene éxito al menos
durante 6 meses”.
Con
estas premisas, con el sector empresarial que nos “alumbra” y con las políticas
económicas que lleva a cabo el Gobierno ¿Qué perspectiva hay para el futuro del
empleo en nuestro País?
Se
seguirá creando empleo precario y temporal, con la única diferencia de que
ahora el sector privado tiene un nuevo “nicho” de obtención de beneficios.
Urge
ya cambiar las políticas económicas y al Gobierno que las plantea.
No
podemos seguir soportando unas políticas económicas –las haga quien las haga-
basadas en reformas y recortes que benefician a unos cuantos a costa de todos.
Hay
que poner fin a quienes defendieron y defienden estas políticas ya que, entre
otras cosas, no les tembló el pulso ni a la hora de cambiar la Constitución , si con
ello se beneficiaban sus intereses particulares.