En
ese “magnífico documento” que el Gobierno no ha contado a la ciudadanía
española (ni siquiera a sus representantes: las y los parlamentarios elegidos
democráticamente) y que sí ha enviado a Bruselas, se pone de manifiesto lo que
todas y todos sufrimos/intuimos: están orgullosos del “machaque” producido a la
sociedad española y, fundamentalmente, a la clase trabajadora. Recortes,
repagos, externalizaciones y privatizaciones (es decir, venta de lo público al
capital privado para que especule)… en definitiva todos los retrocesos
producidos al estado del bienestar, añadiendo lo que pretenden para un próximo
e inmediato futuro.
Nos
centraremos hoy en lo que afecta más directamente al colectivo de pensionistas
y personas jubiladas: pensiones y dependencias (aunque este último apartado
también incide en más edades).
Jubilaciones:
tanto en las parciales como en las anticipadas, pretenden “acercar la edad real de la jubilación a la edad legal ordinaria y
promover el envejecimiento activo”: Claro que, según el denominado “factor de sostenibilidad”, la edad
legal de jubilación pretenden revisarla adecuándola en función, entre otros
factores, de la esperanza de vida. ¿A que suena a unificar la fecha de
jubilación a la fecha del final de la vida biológica?
Eso
unido a que, cambiando la referencia de la revalorización de las pensiones –ahora
referenciada en el incremento del IPC y que nos robaron en noviembre de 2012-
no hará alejarnos de mantener el poder adquisitivo.
En
cuanto a las Dependencias, tienen la desfachatez de proponer los objetivos de
“racionalizar, modernizar y garantizar” este sistema cuando se proponen ahorrar
1276 Millones de euros, entre 2013 (1108) y 2014 (168).
Hay
más cosas, muchas más: sanidad, educación… DERECHOS
El
otro día, nuestro Secretario General afirmó que en reforma de pensiones “no
acompañaremos al Gobierno en este camino”. Efectivamente, no lo acompañaremos,
pero no solamente eso: ¡lo tenemos que combatir!
Unamos
fuerzas, aglutinemos luchas. Somos más, podemos más
El
dinero para las personas, no para los bancos que no apuestan por las personas.