Vivimos una situación caótica en
la que el término “responsabilidad” se asume de manera tan amplia que al final
se hará máxima el tan afamado como utilizado: “Y cuando finalmente vinieron por mí, ya no quedaba nadie para protestar”,
porque responsabilidad, según el
Diccionario de la RAE ,
“hace referencia al compromiso u obligación de tipo moral que surge de la
posible equivocación cometida por un individuo en un asunto específico, y en
ese sentido sería un acto de responsabilidad comprometerse con una crisis
originada por la especulación y el ansía acumulativa del capital, pero también responsabilidad
es la obligación de reparar un error y compensar los males ocasionados cuando
la situación lo merece, por lo que sería un acto Irresponsable no reparar las
consecuencias y afecciones de la crisis capitalista sobre los trabajadores públicos
o privados.
Y en este sentido justificar
recortes del 10% en los salarios de los empleados públicos, aumentar sus
jornadas de trabajo sin aumento de salarios, quitarles derechos sociales
conquistados a lo largo de los años, o poner en la encrucijada a los servicios
públicos universales entre otras cosas, sería cometer un Acto de
Irresponsabilidad notoria, acogido en su significado más aceptado.
No hemos ocasionado la crisis los
trabajadores, ni los de la empresa privada ni los empleados públicos. No hemos
ocasionado la crisis los que ahora se les suspenden “los acuerdos o pactos alcanzados con las organizaciones de los
trabajadores”. No somos ni nos podemos hacer responsables pues, además, no
se tocan medidas que vayan a paliar los efectos originados por la crisis (política
fiscal, banca pública, protección social, …).
Quedan pocas palabras por decir,
ya muchos han dicho bastante y otros, con su silencio, aún más…decía Marx que “El Ejecutivo del Estado moderno no es otra
cosa que un Consejo de Administración de los negocios de la burguesía.” Ante
esto, las organizaciones políticas que aspiran, de manera incluso estatutaria, a
la superación del Estado moderno tal y como se entiende ahora y cualquiera que
sea su propuesta de futuro, no se pueden sentir o hacer sentir “responsables” de salvaguardar los “negocios
de la burguesía”, porque esto no es más que “irresponsabilidad”.