Botella, Gallardón y González |
Gallardón, González y Botella, o lo que es lo mismo, gobierno central, de la comunidad y del ayuntamiento de Madrid, actuando “como elefante en cacharrería” han provocado un debate artificial en torno al domingo 11 de marzo, al relacionar los actos de homenaje a las víctimas del brutal atentado de Madrid (Atocha 2004) con la jornada de movilización convocada por las organizaciones sindicales –para todo el Estado- como rechazo a la reforma laboral, frente a los recortes y en defensa de los servicios públicos.
Los medios de comunicación de la derecha, en sus versiones de papel, radiofónicas o digitales, han cargado contra los sindicatos tildándolos, en el menor de los casos, de “insensibles” y acusándolos de “querer ocultar el homenaje a las víctimas del terrorismo” por convocar el día 11 de marzo.
Nada más lejos de la realidad. Desde el atentado de Atocha, CCOO y UGT de Madrid han recordado, homenajeado, acompañado y ayudado a las familias de las víctimas, muchas de ellas afiliadas o familiares, con actos convocados por ambas organizaciones.
El 11-M, CCOO rinde cada año en Atocha un homenaje de recuerdo en el que suele participar la Asociación más numerosa de entre las que se agrupan las víctimas del 11-M. Los sindicatos siempre han sido sensibles a la vez que firmes en su rechazo al terrorismo, no sólo con motivo de los hechos de Atocha en 2004, sino también durante muchos años cuando en Euskadi militantes sindicales de CCOO o UGT han sufrido persecución y acoso o han sido, incluso, asesinados.
El PP, que es quien de verdad está demostrando su insensibilidad, no ha dudado ni un instante en usar este, o cualquier otro motivo, como “cortina de humo” tratando de dividir y confundir a una sociedad que siempre hizo de su rechazo al terrorismo una importante bandera y que, hoy da al fenómeno terrorista un lugar “no primordial” entre las máximas preocupaciones sociales pero, sin embargo, sí reconoce su especial preocupación por la crisis, los recortes y las reformas.
Esta sociedad comenzó a advertir en las calles el pasado 19-F que no está dispuesta a pagar un precio tan alto como el que se le está exigiendo para que siempre ganen los mismos: multinacionales, bancos, mercados especulativos, …, o aquellos otros que, en política socioeconómica y vestidos o “travestidos de una forma y su contraria”, representan sus intereses.