Como el pasado día 20 de febrero, continuaremos sin entrar en la “guerra de cifras” que, a otros, parece interesarle –como si de un elemento de deslegitimación se tratase- para asegurar que miles de personas siguieron ayer el llamamiento de las organizaciones sindicales y sociales.
Un llamamiento efectuado en defensa de unos derechos sociales y laborales conquistados, por una lucha que ha durado años, y que hoy deben asegurarnos una educación, sanidad, dependencia, vivienda, cultura, igualdad… para todos y todas sin distinción de género, clase, condición o creencias.
Unos derechos que, articulados en torno al derecho a un trabajo digno, trajo ayer a las calles de nuestro país un recordatorio para el Gobierno sobre el amplio rechazo que su Reforma Laboral impuesta provoca.
Ayer día 29 de febrero, los manifestantes reclamaban, en España y en Europa, un ¡¡Basta Ya!! para esta forma de hacer políticas, recortes sobre recortes, al tiempo que exigían un cambio en las políticas económicas, fiscales y de desarrollo social que permitan salir de la crisis de otra forma distinta, a la que actualmente nos tienen diseñada el capital y los mercados.
Ayer se situaron el tercer y el cuarto peldaño de esta escalera de “movilización ascendente”, así, el 8 de marzo –jueves- Día Internacional de la Mujer Trabajadora, hemos de dar un nuevo impulso para corregir importantes aspectos sobre la desigualdad social y laboral que aún se produce entre hombres y mujeres.
La Reforma Laboral incorpora, entre sus propuestas, la anulación de medidas específicas de apoyo a la mujer como en los casos de reincorporación al mercado laboral tras la maternidad, las modificaciones normativas en materias de permisos y licencias (lactancia) y, también, con la introducción de la figura de las horas extraordinarias en los contratos a tiempo parcial. Todo ello unido a la capacidad que otorga la Reforma a las decisiones unilaterales del empresario con respecto a jornadas, distribución de las mismas o cuantía salarial, significan sumar a la ya amplia brecha salarial existente, un nuevo obstáculo en el camino hacia la igualdad.
El día 8 –convertido en el tercer peldaño- es, por tanto, un día muy importante en sí mismo y, además, debe servirnos para difundir, impulsar y extender el rechazo a la Reforma Laboral y también como llamamiento para que el domingo día 11 –cuarto peldaño de nuestra escalera- se convierta en un enorme éxito con manifestaciones masivas que aseguren bien la retirada, por tanto la modificación de la Reforma Laboral impuesta, o bien un enorme caudal de participación y seguimiento en la convocatoria de la Huelga General, como expresión de rechazo y de exigencia de la anulación de las medidas impuestas por el Gobierno.
“Peldaño a peldaño en una subida en la que nos ampara la razón”