El fin de semana de campaña electoral ha vuelto a poner a
los populares ante su fiel imagen.
Aunque Arenas, para tratar de disimular lo más posible, sólo
hable “del necesario papel de los sindicatos” y de su “propuesta de pacto por
el empleo” y no diga casi nada sobre la Reforma Laboral impuesta por su
partido, las “visitas guiadas” de fin de semana de sus “correligionarios” en la
campaña electoral, terminan por dejar al candidato Arenas como un taimado.
Una de sus amigas más antiguas –Dolores de Cospedal- se
preguntaba el pasado sábado en Granada, tras criticar la Huelga General , ¿Cuándo iban a
dejar los sindicatos de pensar en sus intereses particulares para pensar en los
desempleados?
La señora Cospedal tiene un “rostro que se lo pisa” y una
poca vergüenza impresionante. ¿Ella, que lleva cobrando tres salarios públicos
durante años y que hace escasos días ha querido “colocar” a su marido de
Consejero de Red Eléctrica, se atreve a hablar de intereses particulares?
¿Ella, que con los recortes en Castilla La Mancha ha mandado al paro a miles de interinos,
va a hablar de desempleados?
Cospedal no tiene dignidad y por eso no entiende que los
sindicatos –para que se genere más empleo- hayan pedido tanto a Europa como a
los gobiernos españoles –al de Zapatero y al de Rajoy- que cambien de política
económica, que haya medidas de inversión pública, política crediticia y de
fiscalidad que incentiven la actividad económica; que acaben ya con la política
de los recortes. Cospedal no entiende que los sindicatos queramos que todos los
trabajadores –en activo o en desempleo- tengamos derechos, garantías y
protección.
Por eso convocamos, cuando no hay negociación, huelgas, y,
en este caso, por el volumen y tamaño de la agresión, una Huelga General.
Pero a Cospedal ya la conocemos gobernando. Quién quiere
hacerse ahora el “tapado” es Arenas, que trae a Cospedal para que diga lo que
él ni puede, ni quiere decir en campaña electoral, pero esta antigua pareja no
nos engañan, son las dos caras de la misma moneda.