Al coro de voces de CEOE se
unirán de seguro la “liberal” Aguirre y la “desinteresada” Cospedal –lo de intentar colocar a su marido fue casualidad- y, así, ya vamos todos apañados.
CEOE trata de conseguir,
como con la Reforma Laboral ,
un nuevo premio del Gobierno y éste, como posible contrapartida y coartada,
está dejando caer que para solucionar los miles de millones del próximo ajuste
presupuestario, quizás tenga que tocar el impuesto de sociedades. El propio
ministro Montoro reconoce que aunque el tipo nominal del impuesto es del 30 %
para las grandes empresas y del 25% para las pequeñas, Hacienda sólo recauda
por estos impuestos entre un 9 y un 10 % ya que el resto se lo ahorran los
empresarios con bonificaciones y ajustes fiscales. ¿Ahora es verdad lo de que
los empresarios no pagaban y cuando lo decíamos los Sindicatos no?
Por otro lado, y ejerciendo
su papel de mercenario, el gobierno catalán de Artur Mas, trata de imponer en
la administración autonómica catalana, de forma unilateral, los criterios más
duros sobre salarios y sus cuantías, jornadas, movilidad y desplazamientos… Es
uno de los servicios pagados que, junto con el copago farmacéutico y los
recortes –especialmente en sanidad-, el gobierno de Mas tendrá que efectuar a
cambio de la abstención del PP catalán y de su voto en Madrid en temas como la Reforma para mantener,
entre otros elementos, su propuesta de fiscalidad.
Entre Rosel y Mas anda el
juego. Parece que ambos pretenden obtener de Rajoy prebendas para sus intereses
particulares que, pensábamos, “como ya nos ha ilustrado Cospedal” que sólo eran
propios de los sindicatos.