Castilla La Mancha y Cataluña andan a la gresca por ver cual de las dos derechas –nacional o nacionalista- es capaz de recortar, “mas, mejor y en menos tiempo” los derechos de sus ciudadanos.
Tras el 20-N comienzan a confirmarse los temores que muchos, entre ellos nosotros, habíamos advertido y de nuevo, en ambas comunidades, Sanidad, Educación, Protección Social y Servicios Públicos, volverán a ser objeto de nuevos ajustes.
La privatización de los servicios públicos gana espacios en Castilla La Mancha, al conseguir la gestión de cuatro hospitales y la promesa de que, nuevas instalaciones futuras, serán también gestionadas desde lo privado.
Los empleados públicos verán de nuevo deterioradas sus condiciones laborales y salariales y así mientras en Cataluña los Mossos d´esquadra “zurraban la badana” a los funcionarios de prisiones en la puerta de La Modelo, al tiempo que se anunciaban los despidos del personal interino y la congelación absoluta de las ofertas públicas. Los mismos sujetos –empleadas y empleados públicos- sufrirán en Castilla La Mancha una prolongación de dos horas mas en su jornada laboral, pasando de 35 horas a 37,5, con lo que Cospedal va mas lejos aún que su “camarada madrileña” al prorrogar de forma efectiva y no disimulada la jornada laboral.
Aún faltan, tras la reunión mantenida con Rajoy y varios presidentes de comunidades autónomas la pasada semana, que éstas decidan “por donde van a orientar sus políticas de ajuste y recortes” y sobre todo, falta que Rajoy deje de tomar a los ciudadanos y ciudadanas por “gilipollas”. Tras 10 días de silencio ayer habló para decir que “habrá que gobernar”.
“Habló el buey y dijo: mmmuuu”
