No hay puntada sin hilo y no hay un solo discurso de Bono en el que éste no refleje su auténtico “fondo de armario ideológico”. El de ayer, último discurso que como Presidente del Congreso efectúa, tampoco fue una excepción y Bono habló de unos españoles a los que “se sirve mejor sin ideología que con ella” ¿Qué más da quién es o fue de izquierdas? ¿Qué más da si se fue conservador o liberal? Dice Bono que si para “progresar y acordar” hay que olvidar, hagámoslo.
Lo de ayer de Bono fue el triunfo del pragmatismo y el de la justificación de los medios para obtener “su” sacrosanto fin. Subrayamos el “su” ya que, normalmente, su “su” no es nuestro “nosotros”. Bono habla de una Constitución que “nos une a todos y que se pactó con generosidad en 1978” . Su “su” olvida a nuestro “nosotros” cuando en su discurso no recuerda que en septiembre de 2011 el generoso pacto fue dinamitado con la reforma constitucional impuesta por unos a los que sí que parece darles igual ser de derechas o de izquierdas –PSOE y PP-.
Habla de los españoles parados, los dependientes, los que no llegan a fin de mes, y parece olvidar que para ellos –PSOE y PP- han aplicado en los últimos años la misma política económica; esa que con el seguidismo de de la Europa de MERCOZY ha generado millones de desempleados y que va a provocar, con los recortes del gasto público, que los dependientes, la sanidad, la educación o los servicios públicos retrocedan varias décadas.
Recomienda Bono que, como si estuviésemos en una plaza de su Castilla la Mancha , bebamos, según convenga, de la fuente de la memoria o de la del olvido. ¿Son las mismas fuentes en las que ha bebido Virgilio Zapatero y la comisión de expertos de Cuelgamuros? ¿Son las fuentes que dan como resultado aprobar nominalmente derechos civiles o sociales que, después no se dotan económicamente o, simplemente, no se desarrollan?
Adiós Pepe, adiós, eres un exponente digno de tu tiempo. Con el alma “azul falange” y el verbo culto y fácil que lo mismo te sirve para despedirte amablemente de Fraga que para reprimir al represaliado por el franquismo que enarboló la “legal” bandera tricolor en un acto en el Congreso.
Nosotros procuraremos no hacerte caso, ni siquiera “bebiendo de las fuentes del olvido”, que es lo que te mereces.