Que el 22 de mayo y los resultados electorales podían suponer cambios era algo que nadie negaba y, con ellos, llegaron Zoido y el PP.
Ambos iban a cambiar las cosas no “basándonos en gobernar como si no tuviéramos mayoría absoluta”, como le gustaba decir a Zoido, si no basándose en la defensa de los intereses que, tanto Zoido como el PP, defienden y que no son otros que los de aquellos que sociológica, ideológica y económicamente representan: empresarios, comerciantes, conservadores, centro-derecha, derecha radical, …
Ese “gobernar para todos” de Zoido, era algo que solo un inocente o un necio creería a pies juntillas y solo ha necesitado 68 días (ni uno más) para comprobar que ni “austeridad en el gasto; ni profesionalidad en los gerentes; ni interés general; ni consenso y diálogo; ni exigencia y reivindicación ante la Junta” eran verdad y que sólo lo es la hipocresía y la mentira montada por Zoido y el PP.
La austeridad queda en el olvido al diseñar un Equipo de Gobierno mas caro que el anterior, la profesionalidad se perdió al nombrar a excargos políticos del anterior gobierno (nombrados por el PSOE) al frente de empresas públicas, el enfrentamiento y la exigencia ante la Junta desaparece cuando Zoido y el PP tragan con la política de hechos consumados que tanto criticaron en la oposición y asumen que el Ayuntamiento afronte gastos que no le corresponden como los Centros de Salud u otros.
Los intereses generales cayeron ante los particulares: IKEA, ALTADIS, Plan Centro, congelación del Bonobús a los desempleados, reducción de partidas en el Bonobús joven… en definitiva Zoido y el PP gobiernan “para los suyos”.
Zoido y el PP “entregan” la ciudad a los empresarios, a las Hermandades y el Consejo de Cofradías, a los comerciantes que quieren hacer dinero con el vehículo privado en la puerta de su tienda y con ello olvidan la transformación vital de una ciudad que ha afrontado en sus últimos años grandes cambios mirando hacía el futuro.
Zoido, como Rajoy y Arenas, es solo un señor de derechas, embustero como el que más y que gobernara mirando por “lo suyo” (salario parlamentario) y para “los suyos”.