La reacción “político-mediática” que, en materia de reforma de Negociación Colectiva organizó ayer CEOE, ha cumplido su objetivo: teñir el agua para que no pueda verse como huye el “calamar Rosell”.
Ayer este buen comunicador –miente con una enorme naturalidad y la mejor de sus sonrisas o pone una cara de circunstancias y preocupación enorme- volvió a lanzar titulares rotundos pero falsos: “los empresarios tienen pánico a contratar”, “esta propuesta no habla de contratación”, “necesitamos flexibilidad interna”, “el primer borrador está desequilibrado y volcado hacía los sindicatos”…
Convendría no dejarse confundir por las manchas de tinta del “calamar Rosell” y clarificar elementos. El primero que en nuestro país hay seguridad jurídica para desarrollar cualquier actividad económica y, que los empresarios pueden contratar libremente a quien deseen y cómo deseen dentro de la legalidad vigente. Aunque el “calamar” diga aquello de “… con 43 tipos de contratos los empresarios no sabemos qué hacer”, hay que recordarle a Rosell que la contratación en nuestro país usa, mayoritariamente no más allá de 6 ó 7 fórmulas de contratación, siendo 4 de ellas (indefinido ordinario, fomento del empleo, temporal por obra o servicio o tiempo parcial), las que ocupan mas del 95% de los contratos del país.
Rosell debiese concretar que el miedo a contratar de los empresarios lo provoca la falta de crédito para la liquidez y el desarrollo de las empresas y que esta reforma, la del sistema financiero, no está relacionada en la reforma de la Negociación Colectiva.
Rosell no debiera mentir, conoce perfectamente que en la actualidad hay abierta una Mesa de Diálogo Social especifica sobre contratación, en ella CEOE junto con sindicatos y gobierno puede proponer, aportar y acordar aquello que considere oportuno. Igualmente no debe decir que la propuesta del gobierno se vuelca hacia los sindicatos.
La propuesta del gobierno vuelca sobre el convenio de empresa, en clara prevalencia de este sobre el convenio sectorial, temas como salarios y complementos, horas extraordinarias, retribuciones específicas, trabajos a turnos, horarios distribución del trabajo y vacaciones, clasificación profesional, modalidad de contratación,…, ¿le parece poca cancha a Rosell cuando los sindicatos está pidiendo que el convenio sectorial sea el que prevalezca?. El problema de Rosell es que no quiere negociar.
Para las Organizaciones Sindicales con esta propuesta se abre un problema y es la pérdida de cobertura del convenio sectorial en muchos temas del día a día para las Pyme´s. En la práctica dejar a muchos trabajadores con una mano delante y otra detrás.