Para reforzar la transparencia, dar respuesta
a trabajadores o trabajadoras –en especial nuestra afiliación-, y al conjunto
de la sociedad lo primero es “no engañarnos entre nosotros mismos y no generar
expectativas que luego defrauden”.
En CCOO no hemos debatido –en contra de lo
que afirma Lezcano- “en los dos últimos meses cómo responder a la sociedad”. El
debate, en el conjunto de la organización, se inició de una forma no homogénea
el día 13 de enero y finalizó el pasado 13 de febrero. El próximo 4 de marzo
–fecha de celebración del Consejo Extraordinario- Lezcano ha olvidado señalar
que el debate que, según él, quiere dar “respuesta a casi todo” sólo durará 4
horas.
Desde el sector crítico de CCOO no
pretendemos ni minusvalorar ni menospreciar un debate que es necesario; pero
queremos “no vender humo” y también situar en el conjunto de la opinión pública
“todas” las propuestas que en este mes han aflorado.
Así, recordamos que en temas como la
limitación de mandatos, proponemos volver de los tres mandatos actuales (12
años) a lo que fue el inicio de esta incompatibilidad temporal: dos mandatos (8
años) y “olvidar” aquel posible tercer mandato extraordinario para causas
excepcionales que, por la fuerza de la costumbre, perdió su carácter para
convertirse en la más absoluta cotidianeidad.
Igualmente proponemos que esta limitación
–que hoy solo rige para Secretarios Generales de la Confederación ,
Federaciones Estatales o Secretarios de Comunidad Autónoma- se extienda a todas
las estructuras del sindicato –incluidas las Secciones Sindicales con más de
250 personas afiliadas- que, eso sí asegura la renovación de las estructuras de
dirección en el conjunto de CCOO.
Cuando se habla de “control de consejeros”
queremos introducir no sólo la corrección de mecanismos que han fallado en
temas como las tarjetas black sino también
una regulación que permita al sindicato actuar sobre aquellas personas u
órganos que, por acción u omisión, no tomaron medidas para evitar esas
actuaciones. La llamada responsabilidad política.
Nos preocupa especialmente que la afiliación
del sindicato no tenga mecanismos reglados de participación para cuestiones muy
importantes. El sector crítico considera que “no es de recibo que la afiliación
pueda opinar sobre si firma o no un convenio en la empresa y, sin embargo, no
pueda opinar sobre si –como ahora será el caso- el sindicato debe suscribir un
nuevo ANC o, en su día, una reforma de pensiones”.
La transparencia en la gestión, la
participación de la afiliación, la dación de cuentas de las direcciones o la
claridad en los mecanismos económicos que rigen en las diferentes estructuras
serán para nosotros –entre otras medidas- los mejores mecanismos para ayudar a
la organización a dar las respuestas que nuestra afiliación, los trabajadores y
la sociedad nos piden… sin engañarnos ni
defraudar.