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miércoles, 14 de enero de 2015

REFLEXIONES PARA UNA AFILIACIÓN MÁS ACTIVA

Desde ayer, CCOO ha habilitado un periodo de debate y reflexión en torno a un documento sobre “Medidas de Mejora de Prácticas de Gobierno y Control en CCOO Código de conductas”, que debe tener sus primeros resultados el próximo 4 de marzo. En esa fecha, el sindicato celebrará un Consejo Confederal ampliado de carácter Extraordinario.


El objetivo del proceso abierto y de la reunión del máximo órgano de dirección entre Congresos es poner en valor toda una serie de medidas que sirvan para conseguir –como sitúa el documento- mejores prácticas en CCOO.

Para el Sector Crítico del sindicato este objetivo, siendo plausible, ha de ser ampliado y tener un carácter más ambicioso. Debe incluir también el debate sobre la mejora de los criterios de participación de la afiliación en el día a día del sindicato.


No se trata, sólo, de mejorar las prácticas de gobierno, control o conductas que eviten situaciones “no deseadas y rechazables en torno a la actuación de miembros del sindicato”. Debemos aprovechar este proceso para impulsar una participación más activa de la afiliación en el conjunto de las tareas sindicales y en la construcción diaria del sindicato, como la mejor herramienta al servicio de los intereses de los trabajadores y trabajadoras.

Intereses que son, sin duda alguna, intereses “de clase”. Rechazamos una “transversalidad” que -aparentando ser inocua e igualitaria desde “la normalidad ciudadana”- sólo esconde un “más de lo mismo” pero con un mero cambio de actores.


CCOO, como cualquier organización, puede y debe mejorar. Pero debe hacerlo ganando en capacidad de participación y movilización de su afiliación. No sólo hay que ganar en transparencia, eficacia o democracia; hay que ganar, además, en hacer del sindicato la herramienta útil que necesitan los trabajadores y trabajadoras para contraponerla ante aquellos que, “defendiendo sus intereses”, atacan –día a día- al empleo estable con salarios dignos, a la igualdad, a la salud... en definitiva, a los intereses que aspira a perpetuar desde sus posiciones la clase trabajadora.