La visita a Rajoy de la
“Jefa” del Gobierno alemán, dio la sensación de una “petición de mano” a la
vieja usanza.
Primero la espera de su
llegada (ansioso y nervioso) y a continuación un “idílico y bucólico” paseo
romántico de cinco o seis kilómetros, bajo la sombra de frondosos árboles, en
uno de los parajes más bellos del Camino de Santiago.
Seguidamente, tras despejar
y disolver al “coro de desafinados mariachis” que querían amargar la petición
de mano, cena también romántica en la que poder hablar del “prometedor futuro”
que Rajoy ofrece.
Después se pasó a la “dote”:
50.000 millones de euros que Rajoy ofrece en el altar de los sacrificios (desde
luego NO sus sacrificios) y que, hasta 2017, saldrán de nuevos recortes
–perdón, “reformas”- “reformas dolorosas pero siempre útiles” (que dice Rajoy)
que sufriremos las ciudadanas y ciudadanos.
Rajoy, en esta “petición de
mano”, aporta también dos “criaturitas”: De Guindos y Cañete. A Merkel el
primero le gustó mucho, el segundo parece que algo menos… pero todo se andará.
Merkel dijo sí encantada.
Sí a que Rajoy, y nuestro
país, juegue de “telonero” en el coro europeo y rompa las veleidades
ocasionales, jugadas en momentos puntuales junto a Italia.
Sí a la dote, sí a la
austeridad y sí al sacrificio que ésta comporta. Poco le importaron a Merkel
los cinco millones de desempleados españoles (y europeos) “a los que, en breve
plazo, piensa devolver si en seis meses no encuentran empleo en Alemania”.
Igual de poco le importa que
el mercado laboral español se llene de elementos similares a sus parados
“minijobs” alemanes que obligan a millones de trabajadores y trabajadoras de su
país a tener más de 2 ó 3 “empleos” para poder subsistir y a tener a miles de
pensionistas alemanes recogiendo plásticos para completar su fin de mes.
La “petición de mano” y el
aporte de las “criaturitas” pueden salirnos muy caro.
Rajoy, hace pocos meses,
recibió a los Sindicatos para pedirles opinión sobre Europa. Éstos le aportaron
el Plan de Inversiones que la Confederación Europea de Sindicatos (CES)
reivindica para la Unión Europea y que puede suponer la creación de 11 millones
de puestos de trabajo en la Unión Europea.
Rajoy, como siempre, (vivan
las mayorías absolutas) ha pasado del Plan y le ha ahorrado a Merkel “tener que
oír” los planteamientos de las Organizaciones Sindicales.
Este noviazgo y esta
presumible “boda” nos están saliendo demasiado caros. Es hora de, como en la
canción, devolverle a Merkel sus cartas y sus fotos y (de paso) devolver a
Rajoy a ese despacho de registrador de la propiedad del que nunca debió salir.