Vaya por delante que la
calidad democrática en nuestro país es escasa. Aquí, gracias al PP y al PSOE, hasta
la reforma de la Constitución para situar “el pago de la deuda por encima de
los intereses nacionales de la ciudadanía” (artículo 135) se ha hecho sin referéndum.
Igualmente, no se efectuó consulta alguna para que la ciudadanía expresara su
opinión sobre los drásticos recortes que, en el Estado del Bienestar –sanidad,
pensiones, educación, desempleo…-, han practicado los gobiernos de turno desde el
inicio de la crisis. Se cambia al Jefe del Estado –tras más de 35 años de Constitución-
si el país continúa queriendo –o no- esta forma de Estado o prefiere otra menos
“real y borbónica”.
Con todo este panorama; con
cientos de leyes aprobadas en solitario por el actual Gobierno, tratan ahora de
entretener al personal con la elección de alcaldes y el “respeto a la opinión de los ciudadanos”.
Al Gobierno le importa un
rábano (por no decir algo más escatológico) la opinión ciudadana. Lo demuestra
día a día y así lo hará, de nuevo, con temas como la Reforma Fiscal o con los
nuevos recortes que –por valor de 50.000 millones de euros- va a efectuar de
aquí a 2017. ¿Nos va a preguntar nuestra opinión al respecto? ¿Para eso no le
preocupa al PP “la Regeneración Democrática y hacer de España un país moderno”?
Al PP, con la propuesta de
Reforma Electoral para las Elecciones Municipales (a nueve meses vista de que
éstas se celebren) sólo le importa no perder alcaldías por la suma de los votos
obtenidos por diferentes fuerzas que sí son capaces de “pactar un Programa de
Gobierno concreto que satisfaga una posición de gestión local común”.
El problema del PP es que,
en las Municipales, no tiene con quien pactar ese programa común de
satisfacción de las necesidades de los vecinos y vecinas de los municipios de
este País. Y no lo tiene porque al PP –y acaba de demostrarlo con la Reforma de
las Administraciones Locales- le importa poco la gestión local y los derechos y
la calidad de vida de los vecinos y vecinas.
Los Ayuntamientos son para
el PP “altavoces de proyección de la política general del Gobierno Central y/o
del Autonómico”. Mientras los alcaldes andaluces del PP se desgañitan por
cualquier tema a diario contra el Bipartito andaluz ¿alguien ha escuchado a Ana
Botella –el mayor ayuntamiento del Estado- criticar algo del gobierno de
Ignacio González o, anteriormente, de Esperanza Aguirre? ¿y a Rita Barberá, a
pesar del desastre montado por los gobiernos de Camps en la Comunidad
Valenciana?
Que el PP lo diga claro. Que
Javier Arenas –dolido aún por no gobernar Andalucía- lo diga claro: “Vamos a
reformar la Ley Electoral para las municipales porque nos interesa, como
partido, mantener el poder en los ayuntamientos”.
Si de verdad quisieran
hablar de “Regeneración Democrática” que reformen la Ley Electoral acabando con
la ley D´Hondt y aplicando una proporcionalidad real ajustada a la expresión de
los ciudadanos. Que articulen la figura del Referéndum (no se hace ninguno
desde el de la OTAN ¡28 años!).
Lo demás, son cuentos y
tratar de hacernos creer que somos tontos. Que,
al menos en esto de la reforma Electoral –ahora que, también, estamos a pocos
meses del triste aniversario del 11M- digan,
por una vez en su vida, la verdad