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sábado, 5 de julio de 2014

Regenera qué? (II)

Continuando con el impulso “reflexivo regenerador” de Rajoy y el PP, se pretende trasladar a la sociedad la “reducción del número de aforados y del número de parlamentarios en los parlamentos autonómicos”, porque son realmente unos privilegiados que además salen caros.

Rajoy debería llevar por segundo apellido “Picnocho”, ya que otra vez tratar de engañar al conjunto social.

Primero, ¿cuántos aforados hay que no son  políticos y parlamentarios?, ¿qué son y qué actividad tienen?. Ya ha quedado bastante “retratado” Rajoy y su partido con el aforamiento de Juan Carlos de Borbón. Debiera, por tanto, plantear algo más serio en el debate de la necesidad de los aforados.

Bastaría a Rajoy hacer caso a aquellos  que plantean bien la  eliminación completa del aforamie o bien un aforamiento reducido tanto sólo a la actividad profesional y, dentro de ella, vinculado a acciones muy específicas de la misma. Con ello, podrá reducirse tanto su número como su separación de la ciudadanía y su posición ante la justicia.

Con respecto a la reducción del número de parlamentarios autonómicos, la “reflexión” que pide Rajoy llega tarde ya a algunos territorios como Castilla-La Mancha, donde Dolores de Cospedal se ha convertido en “alumna aventajada”, reduciendo el número de parlamentarios para las próximas elecciones en su Comunidad.

Por el mismo derrotero parecen inclinarse la Comunidad de Madrid y País Valenciano. Para ellos, la reducción del número de parlamentarios no sólo sería tratar de consolidar sus gobiernos futuros sino además evitar episodios como el “tamayazo” –la vergüenza de la democracia madrileña- o los continuos disgustos que el Gobierno y el Parlamento valenciano padece a costa del alto número de parlamentarios del PP agrupados en torno a la corrupción (Gurtel, Noos, Brugal, …).

Pero lo que de verdad busca Pinocho/Rajoy es tratar de consensuar el poder disminuyendo el número de parlamentarios sin modificar para ello ni la Ley D’Hondt que rige el sistema electoral español, ni la estructura de repartos de escaños en nuestro país.


En definitiva, Rajoy y su PP no quieren “regenerar” nada que no sea sus posibilidades de perpetuarse en el poder, aunque sea a costa de engañar a la ciudadanía.