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viernes, 28 de marzo de 2014

POLÍTICAS DE AJUSTES = DESEMPLEO, RECORTES Y MISERIA




La política de ajustes y de reformas estructurales impuesta por la Troika -Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE)- ha incrementado el paro, impulsado los recortes sociales y condenado a muchas personas a la exclusión social, la pobreza y la miseria.

Con casi 6 millones de desempleados en nuestro País, la política de ajuste ha llevado no solo a la pérdida de empleo sino, también, a los recortes en porcentaje y tiempo de cobertura de la prestación por desempleo. Son cerca de 3 millones de personas las que no perciben hoy salario, prestación social o pensión alguna.

La política social de nuestro País ha recortado las pensiones, sanidad, educación, atención a las personas dependientes, becas, cobertura sanitaria gratuita… etc. Son miles de personas las que hoy no pueden hacer frente a los gastos que suponen el recorte de derechos efectuado por los gobiernos y tampoco pueden solucionar el deterioro que, en sus condiciones de vida, han supuesto los mismos.

Hay más gente en torno a la exclusión, la pobreza y la miseria y cada día son más las familias –de cualquier tipo- que son incapaces de afrontar, en unas mínimas condiciones de dignidad su vida diaria.

Con todo esto se ha producido una enorme quiebra social y, así, los ricos y los pobres lo son cada día más y más numerosos. La brecha social es cada vez mayor y la política de esta Troika y la de los gobiernos que obedientemente siguen sus dictados agravan, cada día más, la situación. No hablamos ya de pobreza severa o de exclusión social sino que, cada día, aparecen nuevos conceptos para identificar una nueva variedad de situaciones: pobreza “energética”, pobreza “alimentaria”… son conceptos que definen una misma realidad: la pobreza.

El capital, continúa mientras ampliando beneficios aunque nos venda que “con la crisis son menores que en años anteriores”. No puede, socialmente, considerarse pérdidas “ganar” unos cuantos millones menos, mientras hay personas que cada día lo pierden todo.

No son solo ya los sindicatos o las organizaciones sociales de izquierda más comprometidas las que dan la voz de alarma denunciando esa situación. Ahora es Cáritas –organización poco sospechosa de estar bajo la influencia de la Internacional Comunista- quien se une a las advertencias y críticas al sistema.

Hay que parar definitivamente esta sangría social. Hay que situar a los culpables de la misma bajo el foco de la responsabilidad económica, financiera, política y social. Hay que redistribuir las cargas de esto que llaman crisis.


O lo hacen los gobiernos o terminarán –más temprano que tarde- haciéndolo la gente, que ya no tendrá miedo a “perder cosas” porque cada día son más los que ya no tienen nada que perder.