Lo
que este Gobierno ha desarrollado en este 2013, como complemento del 2012,
llegará un momento que tengamos que cambiarlo. ¿O no?
La
corrección llegará cuando la ciudadanía hable (que hasta eso puede tener ahora una
dura sanción con las reformas del
Código Penal y la Ley de Seguridad Ciudadana) y cambiemos radicalmente (desde
la raíz) tanto a la fuerza política que hoy ocupa el Gobierno como al principal
partido de la oposición (partícipe de muchos de sus postulados económicos y
cómplice de muchas reformas: constitucionales, laborales…) un cambio, pero esta
vez de verdad. Y debemos pensar ya que hay que comenzar por el cambio, en 2014,
del Parlamento Europeo.
En
2012 al PP se le “vio el plumero” con temas como la Reforma Laboral –plumero
que ya se le vio al PSOE en años anteriores y que, en ambas ocasiones, fue contestada
con una Huelga General-. Quitaron la sanidad a inmigrantes, impusieron el repago
sanitario, el incremento del IVA, asignaron menos dinero para la Enseñanza
Pública y establecieron recortes en Dependencia, en la cobertura del desempleo…
y le dieron todo ese dinero –junto a los 40.000 millones de euros “prestados”
por la UE más otros miles de millones en avales públicos- a la Banca Privada; que
se “rescató”, aunque decían que luego se les pediría el reembolso de esos euros,
cosa que, por cierto, también ha sido mentira.
Se
redujeron los impuestos a las rentas más altas –a los ricos- y se produjo una
amplia y generosa “amnistía fiscal” para los grandes defraudadores y delincuentes
fiscales.
Y llegó 2013.
Bajo
el falso argumento de su mayoría social (el 44,62% de votos no es mayoría
absoluta) imponen no su programa, no sólo recortes económicos, sino su
ideología más extrema.
Da
igual el orden cronológico, el caso es que no están dejando “títere con
cabeza”, pero, claro, siempre para los mismos porque, para “los suyos”. todo va
bien. La intención: privatizar, que nos paguemos todo… bueno, quien pueda; y
para la clase trabajadora quieren que nos quede la “beneficencia” (cual tiempos
franquistas) y la sumisión.
Reforma
de las Pensiones, es decir, recortes (a las actuales y a las futuras); la LOMCE
(ideología pura y dura) y el espectacular recorte en becas, unido al incremento
en el coste de las matrículas; nuevos ajustes en la Reforma Laboral; Reforma de
la Administración Local (reduciendo y alejando la administración del
administrado y abriendo la puerta a la privatización de los Servicios
Municipales).
Están
obsesionados con privatizar. Así veremos las futuras en lo que queda de Sector
Público -AENA, las empresas de Agua que aún quedan, las de las ferroviarias que
comienzan segregándolas…- y, aún más, veremos nuevos y profundos recortes al
Sistema de Dependencia; el desmantelamiento de Medios de Comunicación Públicos
–RTVV y la amenaza sobre Telemadrid-; veremos congelaciones como las de los
salarios de las y los empleados públicos –de nuevo- o del Salario Mínimo
Interprofesional. Más reformas, como el de la Ley de Mutuas, que da aún más
poder al empresario sobre la salud de sus trabajadoras y trabajadores; el
“Tarifazo”, porque sea cual sea la subida del recibo de la luz en enero de
2014, será insoportable para muchísimas economías después de las que ya
llevamos este año.
Pero
no protesten, dicen. O, mejor dicho, pretenden no dejarnos protestar. Para
ello: las reformas del Código Penal y de Seguridad Ciudadana (auténtico
retroceso de las libertades públicas y de los derechos de participación); o
poniéndonos en manos de la Seguridad Privada.
Y
la reforma de la Ley del Aborto, eufemísticamente llamada “de Protección de la Vida del Concebido
y los Derechos de la embarazada” que
está generando una amplia contestación social abriendo pequeñas grietas hasta
en el propio partido del Gobierno y haciendo emerger, de nuevo, las reacciones
más extremistas e histéricas, tanto de la Iglesia católica en España como entre
los dirigentes más extremistas del PP.
De algunas de estas cosas las CONSECUENCIAS las estamos
viviendo ya:
PARO-POBREZA-DESIGUALDADES, emigración de jóvenes debido al alto
paro juvenil, así como cada vez más un alto índice de paro entre las
trabajadoras y trabajadores mayores de 45 años; el drama que no para de los
Desahucios; el incremento de la siniestralidad laboral; el riesgo –o mejor
dicho, la realidad- de exclusión social… en definitiva: una amplia clase obrera
al servicio del señor –los mercados-.
No, no lo queremos olvidar. Tampoco permanecer impasibles.
POR UN 2014 CON MÁS
MOVILIZACIONES