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lunes, 30 de diciembre de 2013

EL OTRO BALANCE





Lo que este Gobierno ha desarrollado en este 2013, como complemento del 2012, llegará un momento que tengamos que cambiarlo. ¿O no?

La corrección llegará cuando la ciudadanía hable (que hasta eso puede tener ahora una dura sanción con las reformas del Código Penal y la Ley de Seguridad Ciudadana) y cambiemos radicalmente (desde la raíz) tanto a la fuerza política que hoy ocupa el Gobierno como al principal partido de la oposición (partícipe de muchos de sus postulados económicos y cómplice de muchas reformas: constitucionales, laborales…) un cambio, pero esta vez de verdad. Y debemos pensar ya que hay que comenzar por el cambio, en 2014, del Parlamento Europeo.

En 2012 al PP se le “vio el plumero” con temas como la Reforma Laboral –plumero que ya se le vio al PSOE en años anteriores y que, en ambas ocasiones, fue contestada con una Huelga General-. Quitaron la sanidad a inmigrantes, impusieron el repago sanitario, el incremento del IVA, asignaron menos dinero para la Enseñanza Pública y establecieron recortes en Dependencia, en la cobertura del desempleo… y le dieron todo ese dinero –junto a los 40.000 millones de euros “prestados” por la UE más otros miles de millones en avales públicos- a la Banca Privada; que se “rescató”, aunque decían que luego se les pediría el reembolso de esos euros, cosa que, por cierto, también ha sido mentira.

Se redujeron los impuestos a las rentas más altas –a los ricos- y se produjo una amplia y generosa “amnistía fiscal” para los grandes defraudadores y delincuentes fiscales.

Y llegó 2013.

Bajo el falso argumento de su mayoría social (el 44,62% de votos no es mayoría absoluta) imponen no su programa, no sólo recortes económicos, sino su ideología más extrema.

Da igual el orden cronológico, el caso es que no están dejando “títere con cabeza”, pero, claro, siempre para los mismos porque, para “los suyos”. todo va bien. La intención: privatizar, que nos paguemos todo… bueno, quien pueda; y para la clase trabajadora quieren que nos quede la “beneficencia” (cual tiempos franquistas) y la sumisión.

Reforma de las Pensiones, es decir, recortes (a las actuales y a las futuras); la LOMCE (ideología pura y dura) y el espectacular recorte en becas, unido al incremento en el coste de las matrículas; nuevos ajustes en la Reforma Laboral; Reforma de la Administración Local (reduciendo y alejando la administración del administrado y abriendo la puerta a la privatización de los Servicios Municipales).

Están obsesionados con privatizar. Así veremos las futuras en lo que queda de Sector Público -AENA, las empresas de Agua que aún quedan, las de las ferroviarias que comienzan segregándolas…- y, aún más, veremos nuevos y profundos recortes al Sistema de Dependencia; el desmantelamiento de Medios de Comunicación Públicos –RTVV y la amenaza sobre Telemadrid-; veremos congelaciones como las de los salarios de las y los empleados públicos –de nuevo- o del Salario Mínimo Interprofesional. Más reformas, como el de la Ley de Mutuas, que da aún más poder al empresario sobre la salud de sus trabajadoras y trabajadores; el “Tarifazo”, porque sea cual sea la subida del recibo de la luz en enero de 2014, será insoportable para muchísimas economías después de las que ya llevamos este año.

Pero no protesten, dicen. O, mejor dicho, pretenden no dejarnos protestar. Para ello: las reformas del Código Penal y de Seguridad Ciudadana (auténtico retroceso de las libertades públicas y de los derechos de participación); o poniéndonos en manos de la Seguridad Privada.



Y la reforma de la Ley del Aborto, eufemísticamente llamada de Protección de la Vida del Concebido y los Derechos de la embarazada” que está generando una amplia contestación social abriendo pequeñas grietas hasta en el propio partido del Gobierno y haciendo emerger, de nuevo, las reacciones más extremistas e histéricas, tanto de la Iglesia católica en España como entre los dirigentes más extremistas del PP.

De algunas de estas cosas las CONSECUENCIAS las estamos viviendo ya:

PARO-POBREZA-DESIGUALDADES, emigración de jóvenes debido al alto paro juvenil, así como cada vez más un alto índice de paro entre las trabajadoras y trabajadores mayores de 45 años; el drama que no para de los Desahucios; el incremento de la siniestralidad laboral; el riesgo –o mejor dicho, la realidad- de exclusión social… en definitiva: una amplia clase obrera al servicio del señor –los mercados-.

No, no lo queremos olvidar. Tampoco permanecer impasibles.

POR UN 2014 CON MÁS MOVILIZACIONES