La “gran victoria” de Rajoy en la
cumbre europea de la pasada semana le va a salir muy cara a la ciudadanía.
El aumento del IVA distribuye de
forma irregular, como todos los impuestos indirectos, la carga fiscal entre
todos los españoles. Contribuirá a encarecer productos y servicios que juegan
un papel básico en la estructura económica del país. Retraerá el consumo de
unos ciudadanos que ya están haciendo frente a la rebaja de salarios, al
aumento del IRPF, al incremento del gasto sanitario, …etc. Todo esto tendrá consecuencias
en el empleo reduciendo el número de trabajadores en activo.
La rebaja del desempleo significa
empobrecer más a miles de trabajadores y trabajadoras que con la crisis y con
las reformas laborales del PSOE y del PP, han perdido su puesto de trabajo. Implica
ampliar la brecha social que cada vez se hace más patente en el país al ser más
cada día las personas que, tras agotar la prestación por desempleo y la ayuda,
se quedan sin percibir renta alguna.
Los reajustes salariales a la
baja, la pérdida del empleo público que provocarán las liberalizaciones y
privatizaciones en empresas públicas estratégicas contribuirán a deteriorar la
calidad de los servicios que recibirán los ciudadanos y supondrá una nueva
posibilidad de enriquecimiento para el sector privado que acudirá “como moscas
a la miel” ante una perspectiva de obtención de beneficios y además se anuncia
la ruptura de acuerdos recientes que se obtuvieron del consenso –más o menos
amplio aunque muy contestado- que supuso la última reforma de pensiones.
Al gobierno del PP no le importa
en absoluto que la ciudadanía rechace que mientras para los defraudadores hay
amnistía fiscal para la gente normal y corriente haya subida de impuestos. A
Rajoy no le da vergüenza alguna anunciar recortes y retoques en las pensiones
mientras que les regala a los empresarios la rebaja de dos puntos de
cotizaciones que suponen miles de millones que no entrarán en la caja de la Seguridad Social.
Con este panorama, ¿qué coño
aplaudían los diputados populares?,
Los sindicatos hacen bien
respondiendo con rapidez y proponiendo medidas de movilización, como las
manifestaciones del próximo día 19. Harán sin duda mejor si tras un período de
explicación y difusión sobre las negativas consecuencias de los recortes, siguen
sumando actos a la presión movilizadora y vuelven a convocar, para septiembre,
una Huelga General.
La responsabilidad para un Pacto
se aplica cuando se comienza a atisbar lo más oscuro de los problemas (2009)
incluso –aunque ya es menos entendible para los ciudadanos y especialmente para
los trabajadores- cuando se estaba a “medio gas” en el enfrentamiento de la crisis
(2010/2011), pero hoy, con el enorme descaro
con el que el capital viene a robarnos la cartera, la salud, el empleo, la
educación, la dependencia, las pensiones,…, hoy, ya no es posible hablar de “pactos”
salvo que con la presión de la movilización se retiren las medidas, tomadas o
por tomar, y se les meta mano a aquellos que como los Consejos de Administración
de las empresas del IBEX35 español ganaron el pasado año una media de 7,5
millones de euros con un crecimiento del 5%. Así No.
Frente a los recortes, movilización
y contestación social; y antes del otoño –trabajándola desde ya- una nueva
convocatoria de Huelga General.
Frente a las “grandes victorias
de Rajoy en Europa” y el aplauso fácil y las sonrisas cínicas de los diputados
del PP, la ciudadanía tiene que contestar y que se rían de su p… madre (con
perdón).