Es difícil entender que mientras los PGE
consagran recortes de las cuentas públicas en sanidad, educación, políticas
activas de empleo, dependencia, investigación y desarrollo, … y así tantas y
tantas materias básicas para nuestro presente y precisas y necesarias para el
futuro tengamos, al tiempo, que soportar que gente como Cospedal nos diga que
“todo esto es para mantener el estado del bienestar” o que Báñez, Montoro e
incluso Rajoy traten de convencernos de que “no hay otra solución” o de que “en
el Gobierno estamos muy molestos por tener que haber tomado estas medidas”.
Mientras esto ocurre los defraudadores
amnistiados hacen cuentas para ver si les interesa aflorar su dinero negro o
repatriar sus fondos depositados en paraísos fiscales.
El Gobierno va a sacrificar la necesaria
acción política de invertir desde lo público en aquello que nos asegura el
futuro. La mayor parte de esos recortes se destinarán a pagar los intereses
financieros de nuestra deuda pública generada –entre otras cosas- porque muchos
recursos propios del país permanecen en la economía sumergida, en la actividad
económica irregular o en el tejido en red de empresas españolas que no tributan
ni un solo euro en nuestro país. A estos sectores ni se les persigue ni se les
inspecciona; sólo en una acción infantil se les amnistía para ver si así “los
tenemos enganchados en el circuito para el próximo año fiscal”.
Recortan Rajoy, Cospedal, Montoro o Báñez
para que más de 20 empresas del Ibex-35 hagan también su particular agosto en
territorios “paradisíacos”, mientras los trabajadores y trabajadoras retroceden
en sus derechos laborales y sociales.
La política de recortes no es nueva;
recientemente -2008 y 2010- con gobiernos de Zapatero también vivimos recortes
y “amnistías laborales” que perdonaron a empresarios con actividad irregular.
Cierto es que sus recortes presentaron un perfil más bajo; pero no por ello
aminoramos nuestra respuesta. El 29-S de 2010 fue una respuesta. El 29-M de 2012 ha sido otra.
Aprendamos, aún más, a no resignarnos y
contestemos a unos Presupuestos antisociales como estamos contestando la
reforma laboral.