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lunes, 20 de febrero de 2012

SUBIMOS EL PRIMER PELDAÑO


No entraremos en la “guerra de cifras” pero, como podemos apreciar en las imágenes que acompañan esta reflexión, fueron miles los ciudadanos y ciudadanas que ayer, dijeron al Presidente Rajoy y a su Gobierno, que NO.

Que esta reforma no es, por mucho que lo repita ante los compromisarios del congreso nacional de su partido, ni útil, ni necesaria, ni justa.
No es justa para los desempleados, que ven como los que cobran aún prestaciones tendrán preferencia empresarial –por meros motivos económicos- para su contratación.

Tampoco los desempleados quieren estar “a prueba” y “acongojados” durante un año, temiendo que, al sumar 11 meses y quince días de contrato, les señalen el camino de la puerta cosa que probablemente ocurra sin que los empresarios tengan presente los meses de continúas cesiones de los trabajadores en salario, horario, salubridad, …

No es útil para un desempleado que pudiese estar con un “contrato formativo en permanente rotación” durante varios años con poco salario y sin saber si quiera, cuando, donde y cómo va a poder realizar las fases de práctica en su “teórico” período formativo.

No es útil para el desempleado un año a prueba, en cualquier tipo de empresa, en la que se ignore su preparación técnica o los conocimientos adquiridos en su período de formación y, más aún, si un 25% de su salario va a salir de su propia prestación de desempleo. Para eso muchos jóvenes optarán por la emigración a aquellos países de Europa que los reclaman –Francia, Reino Unido, Alemania, …-.

No hablamos, a conciencia, de los retrocesos que se producirán con la reforma en la negociación colectiva y en los despidos, para que nadie –en plan demagogia- vuelva a usar el rechazo a la reforma como si esta fuera un problema de trabajadores en activo frente a trabajadores en desempleo.

No es necesario hacer los ajustes de la crisis sobre las espaldas y los derechos de los trabajadores en activo o en desempleo, mientras el gobierno sigue avalando a la banca, bloqueando cualquier reforma fiscal que –amén de la subida del IRPF- haga pagar a quien mas tienen: impuestos de patrimonio, sociedades, SICAVs.

Esta reforma sólo provocará mayor rotación en el empleo, una merma de los derechos presentes y futuros de los trabajadores y trabajadoras, una quiebra social al destrozar los “equilibrios” que han regido nuestra sociedad en los últimos 30 años en lo que a derecho del trabajo y relaciones laborales se refiere.

Todo esto lo expresaron ayer miles de personas en las calles y avenidas, y con ello hemos dado el primer paso para derrotar esta reforma. Sólo Rajoy viviendo en esa “Torre de Marfil” –donde Jaume Matas, Francisco Camps ó Carlos Fabra son “bellísimas e inocentes personas” y María Dolores de Cospedal y Javier Arenas “unos benditos que nunca han cobrado tres sueldos”- sigue opinando que la reforma es justa y útil para España.

Mariano, ¿para la España de quién?