La patronal española, vestida de Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), ante los movimientos surgidos en los mercados a raíz de las calificaciones de deuda, ha tenido que salir a la opinión pública y, pese a pedir que se concreten las reformas iniciadas, no ha podido ocultar por más tiempo las condiciones reales y beneficiosas en las que se han movido y se mueven las grandes empresas españolas.
Así, el Consejo que preside César Alierta y del que forman parte grandes bancos y empresas (Santander, BBVA, CaixaBank, Telefónica, Iberdrola, ACS, Inditex, Mercadona,…), ha reconocido que en nuestro país se da un menor coste laboral, fiscal y energético, que en nuestro entorno: “España presenta una situación ventajosa cuando se analiza el coste laboral (un 30% menos inferior a la media de la UE 15), manteniendo la productividad casi un 10% superior a la de Italia o Japón”.
Destaca también: “El bajo coste de la electricidad para uso industrial, un 15% mas barato que en Reino Unido, un 30% inferior a los Países Bajos y casi la mitad que Italia”. Igualmente señala que el tipo efectivo real del impuesto de sociedades es sólo el 18%.
Con estos datos reconocidos por las grandes empresas españolas, sorprende que la CEOE, que participa y coincide con las posturas y reflexiones del CEC, esté, publica y permanentemente instalada en un discurso que dista de la realidad que el CEC dibuja. La CEOE habla de altísimos costes laborales, enorme presión fiscal, pagos excesivos en cotizaciones sociales,…
Por si fuese poco el dibujo del CEC que CEOE parece camuflar, el Consejo reconoce el alto nivel de beneficios obtenidos por las empresas y sus accionistas, al señalar que: “La época de la economía española anterior a la crisis, ha dado una rentabilidad anual a los accionistas del triple que las principales bolsas internacionales y aún se mantiene, a pesar de la crisis, pues el beneficio ahora en promedio anual para un accionista del IBEX 35, es mas del doble en comparación con cualquier bolsa internacional”.
Con estos datos, ¿pueden los bancos seguir negando el crédito a las familias, pymes y micropymes?. ¿Pueden seguir embargando viviendas por impago de hipotecas y presionando para que no se ponga en marcha la “dación en pago de la deuda hipotecaria contraída” como fórmula alternativa?. ¿Pueden seguir las grandes empresas presionando a la baja sobre las condiciones de empleo y el marco de la Negociación Colectiva?. ¿Puede la gran patronal y las multinacionales españolas, usando a CEOE y CEPYME como armas arrojadizas, seguir apretando al país?
Desde nuestra posición y punto de vista hay una única respuesta: Ni pueden, ni debemos consentirlo.