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martes, 29 de mayo de 2012

LA FINANCIACIÓN DE LAS HACIENDAS LOCALES EN UN ESTADO ACONFESIONAL


No sólo el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) forma parte de los ingresos de un Ayuntamiento. También los impuestos por obras, la ocupación de espacios públicos, las tasas y precios públicos por limpieza y tratamiento de aguas y residuos…, y así un largo etcétera, conforma los ingresos municipales.

El IBI juega un importante papel –por su peso- en las haciendas locales, pero sólo una nueva Ley de Haciendas Locales y la fijación clara de las competencias de servicios que ha de prestar cada administración, sacarán a los ayuntamientos de su actual estado de debilidad.

El IBI, de este Estado ACONFESIONAL que no olvidemos, es España (Art. 16 de la Constitución), debe ser pagado por todo “hijo del Señor”. Las organizaciones sindicales con respecto a los locales de su propiedad (y no son todos ya que hay cesión del Estado por el patrimonio sindical acumulado creado por la sindicación obligatoria del Franquismo) sí pagan IBI. Lamentamos no poder afirmar si las organizaciones empresariales (CEOE y CEPYME) lo pagan. Llama poderosamente la atención como la gente, y en especial la Conferencia Episcopal y los medios de comunicación de la derecha, apunta a los partidos políticos y a los sindicatos, mientras sin embargo olvidan a los empresarios, ¿por qué será?

Nuestro país, aconfesional, debe denunciar el Concordato de 1953 y los acuerdos de 1979 y, así, la Iglesia católica –como otras- no tendría que soportar el bochornoso espectáculo que significa que Caritas tenga que recordarle a Rouco Varela que más del 70% de los ingresos de Caritas provienen de donaciones particulares y sólo entre un 15 y un 20% proviene de las aportaciones de las distintas diócesis.

Los trabajadores pagamos impuestos, los empresarios los defraudan y la Iglesia ni está, ni se la espera. Eso si que es caridad bien entendida…